jueves, 21 de mayo de 2009

Funcionarios adictos

Cuando escuchamos casos de políticos vinculados con el narco, automáticamente suponemos que se trata de una relación económica: se corrompió seducido por los millones del crimen organizado. Pero hay más de una forma de caer en la dinámica de las mafias.

En un inusual gesto de sinceridad –y más cuando se trata de un PRI-nosaurio- el alcalde de Aguascalientes, Gabriel Arellano Espinosa, acaba de reconocer que entre sus colaboradores de confianza hay “adictos a las drogas”. El dino tiene razón cuando afirma que se necesitan lugares especializados en la rehabilitación de los adictos y que enviarlos a la cárcel no es la solución más adecuada –puesto que son enfermos y no criminales-, ya que ahí tienen acceso a cualquier tipo de estupefacientes, además de que las prisiones se han convertido en auténticas universidades del crimen.

Sin embargo, en los casos de funcionarios públicos el tratamiento de los adictos no es suficiente –tal y como sugiere Arellano Espinosa-, dadas sus responsabilidades: su adicción los hace vulnerables ante el poder de cooptación del narco. Yo opinó que en tales casos se impone una investigación para determinar si el funcionario en cuestión se ha corrompido, aunque eso si, la investigación se debe llevar a cabo con mucho cuidado para no estigmatizar al afectado. Sé que la propuesta hiere la sensibilidad de muchos, pero eso es preferible a tener grietas en la seguridad ciudadana y en la seguridad nacional.

1 comentario:

  1. qué podemos esperar de funcionarios que tienen problemas con drogas?? es lógico que por eso defiendan el narcotráfico y que se hagan de la vista gorda ante este problema

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