sábado, 16 de mayo de 2009

Ahí viene el lobo

¡Ah que pinches PRI-nosáuricos estos! Ven venir el temporal y no se hincan. Recientemente, el arzobispo Héctor González informó que en días pasados fue detenido y encañonado en un retén colocado por un grupo de “civiles armados”. En un país serio, tal denuncia habría provocado una investigación y la policía habría puesto manos a la obra para dar con estos sujetos.

Pero no en Durango. Ahí tienen que el dino mayor en el estado, el gobernador Ismael González, optó por hacerse pendejo: dijo que en la entidad no pasa nada, que en su estado hay gobernabilidad (chispas…, pero si nadie cuestionó eso) y que respeta lo dicho por el arzobispo, que para eso está la libertad de expresión.

Actitudes como esa son las que han permitido que el narco campe a sus anchas en el país. En Sonora y Sinaloa, sólo por mencionar algunos de los estados infectados por el crimen organizado, el narco surgió precisamente de esa manera, a la chiticallando: hacían algunas apariciones esporádicas, daban alguna que otra señal de vida hasta que consolidaron su poder y ya no tuvieron necesidad de esconderse.

Así es que ya saben, banda: si Durango se convierte en un feudo de los cárteles, ello se deberá a saurios como Ismael González, que no cree en el lobo hasta que siente su mordida (¿O será que es eso lo que espera, una “mordidita” de a millones?).

No hay comentarios:

Publicar un comentario