A lo largo de los años, uno de los problemas más graves que hemos tenido para enfrentar al narco ha sido la falta de coordinación entre las diferentes corporaciones policiacas y entre dependencias oficiales: cada quien jalaba para su lado y, como los burros con viseras, eran incapaces de ver más allá de sus atribuciones o de sus respectivos campos de acción.
En este contexto, destaca el acuerdo firmado entre la Secretaría de Gobernación y el IFE para intercambiar información: el objetivo es blindar las elecciones y evitar las candidaturas vinculadas al narcotráfico. Y ya era hora de que las autoridades hicieran algo al respecto ya que la mayoría de los partidos políticos, como buenos bocones, hablan mucho sobre impedir la infiltración de las mafias pero hacen poco o nada para concretar ese rechazo. El resultado de esa indolencia son los escándalos tipo Salinazo: vergonzosos casos de relevantes personalidades de la política metidos en la cama con los capos.
Y ese intercambio de información tiene que traducirse en una justicia sin contemplaciones: los corruptos, expuestos al escarnio público y derechito al bote.
En este contexto, destaca el acuerdo firmado entre la Secretaría de Gobernación y el IFE para intercambiar información: el objetivo es blindar las elecciones y evitar las candidaturas vinculadas al narcotráfico. Y ya era hora de que las autoridades hicieran algo al respecto ya que la mayoría de los partidos políticos, como buenos bocones, hablan mucho sobre impedir la infiltración de las mafias pero hacen poco o nada para concretar ese rechazo. El resultado de esa indolencia son los escándalos tipo Salinazo: vergonzosos casos de relevantes personalidades de la política metidos en la cama con los capos.
Y ese intercambio de información tiene que traducirse en una justicia sin contemplaciones: los corruptos, expuestos al escarnio público y derechito al bote.
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